si algo hicieron bien los bandidos en nuestra ciudad fue que nos endilgaron su modo de vida y su desparpajo como aspiración hasta hacerlo cultura, dejaron ese brote que fue convirtiéndose en maleza e inundó todas las capas de la sociedad hasta hacerse paisaje, tejieron con su ejemplo un manto con el que todos nos cubrimos desde esa época y para siempre, volviéndonos una colectividad deseante, impenitente, que vuelve cualquier forma de ascensión social la única razón de la existencia, sin importar a quien tengamos que empujar, tumbar, embadurnar o quitar del medio para conseguir esa promoción.

