nunca nos damos cuenta de las cosas importantes hasta que dejan de serlo, ya qué me puede importar el cómo cuando me urge el cuándo, y solo quisiera que al final de sus ojos le llegara un mínimo destello de los míos que le hiciera saber cuánto lo quiero, por eso me le acerco y sin decirle nada pongo mi frente encima de la suya.

