en este barrio la gente parece condenada a la infelicidad o, lo que es peor, a conocer la felicidad y perderla, o a conocerla de una manera tan fugaz y desapercibida que solo saben que la tuvieron cuando se ha esfumado, la complacencia se da a cuenta gotas, manera extraña como se manifiesta la desdicha porque entraña la esperanza que da el intersticio feliz, haciéndonos creer que como ya se conoció es posible en un futuro, obligándonos a ir en su procura perpetuamente;

