Alexandra Gómez

18%
Flag icon
Su divorcio, por ejemplo, no fue uno de esos clásicos de navajeo, traiciones, abandonos y violencias, sino el remate de un proceso de decaimiento continuo de su propio sentimiento amoroso, que él, por distracción o indiferencia, tal vez hubiera mantenido para ver hasta qué áridos desiertos podría llegar, pero que la mujer con quien estaba casado, más recta y entera que él, acabó por considerar insoportable e inadmisible.
El hombre duplicado
Rate this book
Clear rating