Alexandra Gómez

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Ella dijo que esperaría todo el tiempo que fuese necesario, que la conversación que mantuvieron en el coche después de aquella cena, cuando le confesó que había mentido, fue como una puerta que se abrió durante un instante para luego volver a cerrarse, pero por lo menos ella quedó sabiendo que lo que los separaba era sólo una puerta, no un muro.
El hombre duplicado
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