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Raros habrán sido los casos en que el descubridor, por vivir solo y trabajar sin auxiliares, no tuvo a su alcance por lo menos a una persona con quien compartir la alegría de haber regalado al mundo la luz de un nuevo conocimiento.
Hay situaciones en la vida en las que ya nos da lo mismo perder por diez que perder por cien,
La vida, querido Máximo, me ha enseñado que nada es simple, que a veces lo parece, y que cuanto más lo parece, más hay que dudar,
Ten cuidado, vigílate, cuando una persona comienza a falsear nunca se sabe dónde acaba,
Dar tiempo al tiempo siempre es el mejor remedio para todo desde que el mundo es mundo, Daniel
su tiempo se sabrá por qué.
puerta con puerta, todos los desórdenes y confusiones son posibles,
de esas que en principio a nada obligan o comprometen, salvo si queremos afinar nuestro órgano auditivo para captar la compleja gama de subtonos que quizá las hubiesen sustentado, según la exhaustiva demostración que en otro párrafo de este relato dejamos para ilustración de los lectores más interesados en lo que se esconde tras aquello que se muestra. En
Tertuliano
el futuro es solamente un inmenso vacío, la de que el futuro no es más que el tiempo de que el eterno presente se alimenta.
La única diferencia era la alianza de oro que Antonio Claro usaba en el dedo anular izquierdo.
Esto parece
los enemigos no nacen de nuestra voluntad de tenerlos y sí del irresistible deseo que tienen ellos de tenernos a nosotros.
es una pena que las duchas que tomamos por fuera no nos puedan asear por dentro,
La casa de Tertuliano Máximo Afonso le abrió los brazos como otra madre, con la voz del aire murmuró, Ven, hijo mío, aquí me encuentras esperándote, yo soy tu castillo y tu baluarte, contra mí no vale ningún poder, porque soy tú mismo cuando estás ausente, e incluso destruida seré siempre el lugar que fue tuyo.
scones
En
treinta y ocho años

