en libertad bajo fianza. En noviembre de ese mismo año se le acusó de ser responsable de asesinatos cometidos en el Muro, pero huyó a Moscú, desde donde comunicó a la prensa que no albergaba remordimiento alguno y protestó por el arresto de antiguos colegas. En julio de 1992 fue extraditado a Berlín para que afrontara un juicio que sería suspendido en enero debido a su cáncer de hígado terminal. Honecker y su mujer se exiliaron a Chile, donde él murió en mayo de 1994.