En la RDA a la gente le hacían reconocer una serie de ficciones como hechos. Algunas de estas ficciones eran generales, como la idea de que la naturaleza humana es una obra en constante cambio que se puede mejorar y esto debe hacerse a través del comunismo. Otras eran más específicas: que los alemanes orientales no eran los alemanes responsables del Holocausto; que la RDA era una democracia multipartidista; que el socialismo era paz y amor; que no quedaban antiguos nazis en el país; y que, bajo el socialismo, la prostitución no existía.