En sus zonas, las potencias occidentales se dedicaron a dar caza a los nazis más renombrados y a establecer sistemas democráticos de gobierno: estados federados, división entre el poder político, administrativo y judicial y garantías para la propiedad privada. En 1948 transfirieron estas instituciones a la recién creada República Federal de Alemania (Alemania Occidental), junto con inyecciones enormes de fondos del Plan Marshall.