Juan Antonio García

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—Antes de que cayese el Muro no había borrachos —me explica Julia—. Bueno —se corrige—, al menos en el parque. No había ningún sin techo como ahora. Tal vez no estaban en el parque, pero lo cierto es que borrachos había. Los alemanes del Este bebían el doble per cápita que los del Oeste. A veces la falta de casas los obligaba a vivir situaciones insostenibles: parejas divorciadas que seguían viviendo juntas, o recién casados con sus familias políticas. Hubiese escasez de lo que hubiese, siempre podías comprar cerveza o licores. La gente se emborrachaba en el trabajo, y después del trabajo, y ...more
Stasiland: Historias tras el muro de Berlín
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