En el puente de Bornholmer la frontera pasaba, en teoría, por el espacio entre vías. En otros puntos de Berlín la frontera, y con esta el Muro, abría una extraña herida a través de la ciudad. El Muro atravesaba casas, calles, canales, y partía en pedazos la línea del metro. Aquí, en vez de fragmentar la vía del tren, los alemanes del Este habían construido la mayor parte de las fortificaciones del