La Stasi encontró algunas de las pequeñas letras de goma por la alfombra. Los padres de Miriam les dijeron a los agentes que no podían entender cómo había pasado algo así en su propia casa. Metieron a las niñas en prisión preventiva durante un mes, cada una en una celda. No recibieron visitas ni de sus padres ni de sus abogados, no les dejaron ni libros, ni periódicos, ni llamar por teléfono.