Bienvenida. Fue la única vez que pensó que iba a morir. La bañera estaba llena de agua helada. Una de las guardias la cogió por los pies y la otra por el pelo. Le metieron la cabeza bajo el agua durante un buen rato para luego sacarla de los pelos y gritarle. La volvieron a sumergir. No podía hacer nada, no podía respirar. Y arriba: «Basura inmunda. Niñata presuntuosa. Traidora estúpida, zorra». Y abajo. Cuando la sacaban era insultos lo que respiraba. Pensó que la iban a matar.