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todo lo cual consideraba la parafernalia de la estafa más grande y larga de la historia, un juego que confiere poder a los dirigentes y satisface en los fieles la lujuria del sometimiento.
El mensaje que transmitía Nietzsche era el de vivir nuestra existencia de modo tal que sintamos deseos de repetirla eternamente.
Julius solía comparar las palabras de Nietzsche con un test de Rorschach; eran palabras que ofrecían tantos puntos de vista contrapuestos, que lo que los lectores sacaban en limpio de ellas dependía de su estado de ánimo.
PRINCIPAL MOTIVO DE QUEJA: “Funciono contra mi voluntad motivado por impulsos sexuales”.
Philip Slater. ¿Philip terapeuta?
e hice un curso de biblioterapia mediante el cual asimilé los pensamientos más importantes de los hombres más sabios que jamás existieron.
Arthur Schopenhauer,
No exagero cuando le digo que le debo la vida al genio de Arthur Schopenhauer.
“La pompa, el rango y los títulos ejercen excesiva seducción sobre el corazón de una joven, y la tientan a aceptar el yugo del matrimonio… paso en falso que le habrá de acarrear el más severo de los castigos por el resto de su vida”.
“Ni yo fingía un amor ardiente ni él lo exigía”.
Para cubrir mis gastos sólo tengo que atender unos pocos pacientes por semana, pues vivo con austeridad. No quiero nada más que la libertad de hacer lo que es realmente importante para mí: leer, pensar, meditar, escuchar música, jugar al ajedrez, y salir de caminata con Rugby, mi perro.
en ayudar a cada miembro del grupo a comprender tanto como sea posible cómo se relaciona con las otras personas del grupo, incluido el terapeuta.
Cuántas veces había visto a pacientes del grupo que cambiaban drásticamente, pero sus compañeros de terapia seguían viéndolos como la persona que eran antes. Lo mismo pasaba en las familias. Muchos de los pacientes suyos que mejoraban pasaban momentos difíciles cuando iban a visitar a sus padres: tenían que prevenirse para no resultar absorbidos de nuevo dentro del viejo rol familiar, y debían poner mucha energía para convencer a padres y hermanos de que habían cambiado.
Pero nosotros, desafortunados humanos, nos atormentamos tanto con el pasado y el futuro, que sólo podemos deambular brevemente en el ahora. ¿Sabes por qué anhelamos tanto los días de oro de la niñez? Nietzsche dice que es porque esos eran días despreocupados, libres de aflicciones, antes de que empezáramos a cargarnos con recuerdos dolorosos, con restos del pasado. Quiero hacer un comentario marginal: hago referencia a un ensayo de Nietzsche, pero la idea no es original; en esto, como en muchas otras cosas, él rapiñó las obras de Schopenhauer.
Tranquilo, Julius, se dijo; el grupo te necesita; no te van a abandonar a ti para irse con Philip. Lo que está sucediendo en este momento es fantástico: están aceptando al nuevo miembro y exponiendo temas para una futura elaboración.
Todo suicidio deja una estela de conmoción, culpa e ira en los sobrevivientes y Arthur experimentó todos estos sentimientos. Imagínense la complejidad de sensaciones que debe de haber experimentado.
Arthur, sinceramente no quiero interponer ningún obstáculo en tu camino: nadie más que tú debe buscar su propio norte y elegirlo. Entonces yo te aconsejaré y ayudaré, donde y como pueda.
Así quedaron rotas las cadenas de Arthur.
—Tiene un solo colmillo. —Eso significa: retén lo bueno y descarta lo malo. —¿Y qué es eso que tiene en la mano? ¿Un hacha? —Para cortar todos los lazos de apego. —Me suena a doctrina budista.
Por ende, digo que el matrimonio es una deuda que se contrae en la juventud y se paga en la vejez.
“La obsesión es algo que distrae; la protege de pensar en otra cosa”, repetía. “¿Qué es lo que oculta? ¿En qué pensaría si no estuviera la obsesión?”
Las dos están a merced del capricho de lo que piensen los demás.
En una palabra, la felicidad, para ambas, está en manos de otros. Y para ambas la solución es la misma: cuanto más tenga uno en su interior, tanto menos pretenderá de los otros.
—Prefiero reservarme la respuesta —contestó Philip sin dejar de mirar al techo.
—Lo realmente inhumano fue esa época en que permití que mi estima oscilara como un corcho en el agua a merced de las opiniones de seres intrascendentes.
Schopenhauer, camaradas en el sufrimiento, y necesitamos la tolerancia y el amor de nuestro prójimo.
Los terapeutas maduros jamás aceptan sin más la versión del paciente acerca del maltrato de los demás. Por el contrario, entienden que en alguna medida los individuos contribuyen a crear su entorno social, y que las relaciones siempre son recíprocas.
personas. Habitualmente, Arthur no lograba despertar cariño, generosidad ni alegría; en casi todos provocaba críticas y actitudes defensivas.
Los numerosos rechazos que sufrió lo hicieron vincular finalmente el deseo sexual con la humillación.
Si sólo me hubieran aceptado”.
Afirma que lo que nos impulsa no es en realidad una necesidad nuestra sino la necesidad de la especie. Y dice aún más: “Aunque los protagonistas no lo adviertan, el verdadero fin de toda historia de amor es engendrar un niño”. Y luego: “Por ende, lo que impulsa en realidad al hombre es un instinto orientado hacia lo que es mejor para la especie, si bien el hombre individual imagina que así procura su propio placer”.
“observar los males de los que estamos exentos”. ¿No es ésa una de las fuerzas que actúan en un grupo de terapia?
Volvió a leer el último aforismo: “La cortesía es a la naturaleza humana lo que el calor a la cera”.
vida de Arthur la psicoterapia no existía aún, pero hay mucho en sus escritos que tiene que ver con ella. Sus trabajos principales se iniciaron con una crítica y ampliación de la obra de Kant, quien había revolucionado la filosofía diciendo que no percibimos la realidad sino que la construimos.
fuente fundamental de información sobre el mundo percibido (fenoménico): ¡nuestro propio cuerpo! El cuerpo es un objeto material, es algo que existe en el tiempo y el espacio. Y cada uno de nosotros tiene un conocimiento excepcionalmente rico de su propio cuerpo: un conocimiento que no surge del sistema perceptivo y conceptual sino que proviene de nuestro interior, emerge de nuestros sentimientos.
¿Y en qué consiste el sufrimiento? En “entorpecer esa batalla poniendo un obstáculo en el camino de la voluntad hacia su meta”.
También usó palabras ácidas con respecto a los médicos,
“Sólo se puede correr el riesgo de vivir con ingresos magros y sin trabajar cuando se es soltero”.
la idea de felicidad tiene tres orígenes: lo que uno es, lo que uno tiene y lo que uno representa a los ojos de los demás. Schopenhauer nos insta a prestar atención sólo al primero y descartar los otros dos, el poseer y la reputación, porque carecemos de poder sobre ellos: nos pueden faltar y acabarán por faltarnos, como la edad arrebatará tu belleza. De hecho, poseer tiene una contracara: que lo que poseemos termina por poseernos.