Los adultos sólo pueden enseñarnos lo que saben; no pueden enseñarnos lo que no saben. Lo que saben es lo que aprendieron a lo largo de toda su vida; es en lo que creyeron toda su vida. Puedes estar seguro de que tus padres hicieron lo máximo que pudieron por ti en ese momento. Si no lo hicieron mejor, es porque no sabían hacerlo mejor.