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Sí, desde luego que éramos pretenciosos: ¿para qué otra cosa sirve la juventud?
medida que los testigos de tu vida disminuyen, hay menos corroboración y, por consiguiente, menos certeza de lo que eres o has sido.
y en la suerte que tiene cualquier padre cuando nace un niño con cuatro extremidades, un cerebro normal, y la estructura emocional que permite a la niña, a la chica, a la mujer llevar cualquier tipo de vida. Ojalá seas corriente, como el poeta deseó una vez al bebé recién nacido.