como si pudiera cortar la primavera, porque al final de cuentas, la muerte sólo puede robarnos el tiempo, las oportunidades de sonreir, de comer una manzana, de decir algún discurso, de pisar el suelo que se ama, de encender el amor de cada día. De dar la mano, de tocar la guitarra, de transitar la esperanza. Sólo nos cambia los espacios. Los lugares donde extender el cuerpo,

