La estrategia para tratar con personas tontas es sencilla: deja de hablar sobre los problemas y diles claramente que hablar es inútil y que tomarás los pasos necesarios para proteger lo que es importante para ti, la misión u otras personas. Establece los límites para detener el daño colateral o su negativa a cambiar, y, cuando sea apropiado, aplícales consecuencias que les hagan sentir el dolor de su elección de no escuchar.