El motivo por el que buscamos el centro del bien es que cada uno de nosotros creemos ser buenos y tener razón y queremos identificarnos con lo positivo. En el fondo sabemos que tenemos defectos, tal vez serios o incluso criminales, pero de alguna forma sentimos que a pesar de todo tenemos el corazón en el lugar correcto. Las peores personas se creen buenas. Hitler se consideraba el salvador de Europa.