Cuando hay ironía dramática el público sabe más que los personajes. La ironía dramática produce interés principalmente a través de sólo la preocupación, eliminando la curiosidad sobre los hechos y las consecuencias. Dichas historias a menudo comienzan por el final y de forma deliberada desvelan el resultado. Cuando al público se le transfiere una superioridad pseudodivina que le permite conocer los acontecimientos antes de que se produzcan, su experiencia emocional cambia.