Y cuando Étienne me cuenta esta escena lo repite: estoy harto. Después me explica: es una frase muy simple pero sumamente importante, porque es una frase que uno se prohíbe. Se prohíbe no sólo pronunciarla, sino pensarla, en la medida de lo posible. Porque si empiezas a pensar: «estoy harto», enseguida pasas a pensar: «no es justo», y: «podría llevar otra vida».