16. No discutas ya más en adelante lo que debe ser el hombre de bien, sino procura serlo realmente. 17. Represéntate sin cesar el todo de una eternidad y el todo de la sustancia, y que todos los seres particulares no son, por lo respectivo a la sustancia, más que un grano de mijo; por lo tocante a la duración, una vuelta de trépano.