Diego Arellano

62%
Flag icon
Aunque te asesinen, te despedacen, te provoquen con maldiciones, ¿qué impide conservar tu inteligencia pura, sabia, prudente, justa? Es como si algún transeúnte, parándose cerca de una fuente cristalina y agradable, la injuriase; no por ello dejaría ella de manar su linfa saludable; aunque se le echase cieno y estiércol, al punto lo dispersaría, arrastrándolo, sin mancillarse. ¿Cómo, pues, poseer en ti un manantial inagotable? Crece a todas horas en independencia, pero acompañado de benevolencia, sinceridad y modestia.
Meditaciones
Rate this book
Clear rating
Open Preview