22. Propio es del hombre el amar incluso a los que le ofenden. Esto es lo que tú harás si tienes presente que también ellos son tus allegados; que pecan por ignorancia o involuntariamente; que dentro de poco, tanto tú como ellos moriréis; y, sobre todo, que ellos no te causaron ningún daño, ya que no han hecho a tu facultad rectora peor de lo que antes era.