Además, en las mayores cuitas, válgate esta máxima de Epicuro: el dolor no es insufrible ni eterno, si te acuerdas de sus límites y no lo imaginas mayor de lo que es en realidad. Advierte asimismo que muchas cosas que nos molestan son, sin que lo echemos de ver, verdaderos dolores, como la somnolencia, el exceso de calor, la inapetencia. Cuando, pues, alguna de estas cosas te fastidia, di para contigo: sucumbo al dolor.