Los hombres armados siempre son una amenaza, de modo que la policía que no está bajo un férreo control democrático puede ser una calamidad mucho peor que la delincuencia y las contiendas que se producen sin ella. Según dice el politólogo R. J. Rummel en Death by Government, 170 millones de personas fueron asesinadas por sus propios gobiernos en el siglo XX. Y la muerte a manos del gobierno no es tampoco una reliquia de las tiranías de mediados de siglo. La Lista de Conflictos Mundiales del año 2000 decía: