Si el lector se educó en una parte del mundo que no sea aquella en la que crecieron sus padres, considere la siguiente pregunta: ¿tiene el acento de sus padres o el de las personas entre las que se crió? ¿Y su forma de vestir, o la música que escucha o cómo emplea el tiempo libre? Considere el lector la misma pregunta referente a sus propios hijos si se educaron en algún lugar del mundo distinto —o, para el caso, aunque se educaran donde el lector se crió—. Casi en todos los casos, las personas siguen el modelo de sus iguales, no el de sus padres.