La segunda razón de que los genes no lo son todo es que sus efectos pueden variar en función del medio. Un ejemplo sencillo se puede encontrar en cualquier manual de genética. Las diferentes variedades de trigo de un mismo campo tendrán distinta altura debido a sus genes, pero una única variedad de trigo plantada en campos diferentes —uno de secano y el otro de regadío— variará también en la altura debido al medio.