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desperté en esta cárcel, que ya no dejaré en mi vida mortal.
Creación una sentencia mágica,
mi destino de último sacerdote del dios me daría acceso al privilegio de intuir esa escritura. El
En el firmamento hay mudanza.
red de tigres,
Dediqué largos años a aprender el orden y la configuración de las manchas.
Gradualmente, el enigma concreto que me atareaba me inquietó menos que el enigma genérico de una sentencia escrita por un dios.
dios, reflexioné, sólo debe decir una palabra y en esa palabra la plenitud.
Sombras o simulacros de esa voz que equivale a un lenguaje y a cuanto puede comprender un lenguaje son las ambiciones y pobres voces humanas, todo, mundo, universo. Un día o una noche —entre mis días y mis noches, ¿qué diferencia cabe?— soñé que en el piso de la cárcel había un grano de arena.
El despertar fue inútil; la innumerable arena me sofocaba.
ni hay sueños que estén dentro de sueños».
Un hombre se confunde, gradualmente, con la
firma de su destino; un hombre es, a la larga, sus circunstancias.
Ocurrió la unión con la divinidad, con el universo (no sé si estas palabras difieren).
¡Oh dicha de entender, mayor que la de imaginar o la de sentir!
entender la escritura del tigre.
Es una fórmula de catorce palabras casuales (que parecen casuales)
para sumir el santo cuchillo en pechos españoles,
Que muera conmigo el misterio que está escrito en los tigres.
Comprendí que el trabajo del poeta no
estaba en la poesía; estaba en la invención de razones para que la poesía fuera admirable;
puede ser imitado sin inmodestia por un hombre en los lindes de la vejez, que conoce el oficio. El
son sencillos; no hay en la tierra una sola página, una sola palabra, que lo sea, ya que todas postulan el universo, cuyo más notorio atributo es la complejidad. Sólo
Mis cuentos, como los de Las mil y una noches, quieren distraer o conmover y no persuadir. Este
el tiempo mereceremos que no haya gobiernos.
la escritura de un poema es una operación de la inteligencia. No deja de
da nombre a este libro y que manifiestamente procede del último viaje
son realistas, para usar la nomenclatura
la literatura no es otra cosa que un sueño dirigido.
los setenta, creo haber encontrado mi voz.
lenguaje es una tradición, cada palabra, un símbolo compartido;
La ya avanzada edad me ha enseñado la resignación de ser Borges.
El lunfardo, de hecho, es una broma literaria inventada por saineteros y por compositores de
lo ignoran, salvo cuando los discos del fonógrafo los han adoctrinado.
cuentos un poco lejos, ya en el tiempo, ya...
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puede obrar así con más...
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Dios te libre, lector, de prólogos largos.
hacia el noventa, pero la gente seguía pensando
Los Gutres
muchacha de incierta paternidad. Eran altos, fuertes,
metáfora que equipara la pampa con el mar no era, por lo menos esa mañana, del todo
falsa,
tantas cosas en materia de campo, no sabían explicarlas.
Espinosa recordó que su padre solía decir que casi todos los casos de longevidad que se dan en el campo son casos de mala memoria
Los gauchos suelen ignorar por igual el año en que nacieron y el nombre de quien los engendró.
Esto se llamaba una guitarreada.
Curiosamente, extrañaba lugares a los que no iba nunca
dio con una Biblia en inglés.
los Guthrie
Espinosa les habló de su hallazgo y casi no escucharon.