un equipo de desarrollo sería como una banda de jazz, donde cada músico interpreta una melodía encima de una armonía o base musical que alguien previamente ha compuesto. Esa armonía proporciona una estructura, integridad y base temporal musical que permite que las interpretaciones de los distintos componentes de la banda suenen bien. La arquitectura del software sería entonces equivalente a la armonía musical.




