More on this book
Kindle Notes & Highlights
Ciertamente, desde el punto de vista de las religiones que afirman la existencia de un Dios creador, el budismo tiene una filosofía de la desestimación, vista en su negación de un Dios creador, así como una filosofía de la exageración, vista en su afirmación de vidas anteriores y futuras. A la inversa, desde un punto de vista budista, las religiones que afirman la existencia de un Dios creador, tienen una filosofía de la exageración, así como una filosofía de la desestimación debido a su negación de la causa y el efecto del karma en el transcurso de incontables vidas.
¡Por qué malgastaría el logro de una vida tan buena! Cuando actúo como si fuera insignificante, me engaño a mí mismo. ¡Qué podría ser más tonto que esto! —SONGKAPA
También, si un Dios Creador se propone como poseedor de una naturaleza de infinito conocimiento, simpatía y poder, eso resulta problemático, dadas las situaciones desgarradoras que con frecuencia se viven en el mundo.
Como suelo reconocer con frecuencia, no he alcanzado plenamente ni la intención altruista para llegar a ser iluminado ni la visión de la vacuidad, pero he llegado hasta el punto de ver que no hay otras opciones, al grado de llegar a tener alguna comprensión de la falta de existencia intrínseca, y percibo como irreal la aparición de personas y cosas como si existieran independientemente y, basado en esto, he experimentado todas estas cosas como ilusiones, teniendo un conflicto entre la manera en que se muestran y la manera en que existen realmente. Aunque esto no es una comprensión plena, marca
...more
Hace mucho hubo seres humanos que, al considerar la situación del mundo en el transcurso del tiempo, perdieron la esperanza en lo que ellos podrían llegar a realizar mediante su propia capacidad; el desaliento les quebrantó la voluntad. En ese punto llegaron a creer en lo que no podían ver con los ojos, y pusieron su esperanza en algo que transcendía el alcance de la visión normal. Así debe haber sido como surgieron las primeras agrupaciones religiosas.
En términos budistas, esta necesidad de alternancia se llama «la corrupción de percibir las dos verdades como si fueran entidades diferentes». Cuando esta corrupción se acaba, una sola conciencia puede percibir los fenómenos convencionales incluso mientras capta directamente la verdad última. Es posible entonces conocer simultáneamente todo, tanto la diversidad de los fenómenos como su profundo modo de ser: la vacuidad. En esto consiste la omnisciencia.