Naird

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Además, llamar a una taberna el Cubo tampoco era precisamente una decisión destinada a figurar entre las Grandes Decisiones Comerciales de la Historia. Su propietario era el señor Queso, un hombre flaco, reseco y que solamente sonreía cuando oía noticias de asesinatos graves. Era una tradición del local que las cantidades servidas fueran cortas, pero para compensar también daba mal el cambio. El lugar, sin embargo, había sido adoptado por la Guardia de la Ciudad como el bar no oficial de policías, puesto que a la policía le gustaba beber en sitios donde no iba nadie más y nadie les recordaba ...more
La verdad
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