Eres tonto, le dijo su editor interno. Te han intentado matar. Estás ocultándole información a la Guardia. Te estás mezclando con gente extraña. Estás a punto de hacer algo que va a hinchar tanto las narices al señor Vimes que le explotarán. ¿Y por qué? Porque hace que me cosquillee la sangre, pensó. Y porque no voy a permitir que me usen. Nadie.

