Naird

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Los enanos, por ejemplo. Los enanos siempre estaban llegando a la ciudad en busca de trabajo, y lo primero que hacían era mandar una carta a casa para contar lo bien que les iba todo. Se trataba de un acontecimiento tan predecible, aun si el enano en cuestión estaba tan en las últimas que se había visto obligado a comerse su casco, que William había encargado al señor Cripslock que produjera varias docenas de cartas modelo en las que solamente había que rellenar unos cuantos espacios para que resultaran perfectamente aceptables.
La verdad
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