Oh, ya sé lo que quieres decir —aseguró Buenamontaña—. He conocido a humanos como él. —Has dicho que se trataba de hacer dinero y ya está —dijo William—. ¿Es verdad? El enano señaló con la cabeza los lingotes de plomo pulcramente apilados junto a la prensa. —Queríamos convertir el plomo en oro —explicó—. Teníamos un montón de plomo. Pero necesitamos oro.

