Los accionistas tienen todos los motivos justificables para hacer preguntas sobre la competencia de la dirección cuando los resultados (1) sean insatisfactorios por sí mismos, (2) sean peores que los obtenidos por otras empresas que aparentemente estén en una situación similar, y (3) hayan tenido como consecuencia una cotización de mercado insatisfactoria que se prolongue mucho tiempo.

