Hice algunos cálculos rápidos y me di cuenta de que el 5 por ciento era igual a dos mil millones de dólares. No importaba si yo estaba dispuesto a comprar zapatos sin habérmelos probado antes. Lo que importaba era que los consumidores ya lo estaban haciendo, y me pareció bastante razonable suponer que las ventas de la web algún día fueran al menos tan grandes como las ventas por catálogo. Alfred y yo decidimos que aquello era al menos digno de una reunión.