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Tonto de mí, me había sincerado hasta el ridículo, como si fuera un adolescente cogido en falta.
Me pregunto si regresaré pronto y, sobre todo, qué hará Aitor ahora que me marcho. Supongo que conocerá a alguna chica y se casará, es lo que esperan sus abuelos. Lo han educado para que se haga cargo del caserío.
Amaya se sintió muy orgullosa al ver la consideración que todos tienen por su hijo, sus jefes lo elogiaron mucho, y dijeron que tiene un gran porvenir. Me alegro por él, pero… bueno, lo confesaré: sé que yo no estaré en ese porvenir, y eso me duele.»
Me siento como si tuviera mil años.»
Así había sido en el pasado, y así continuaba siendo en este presente en el que ninguna de ellas podía aspirar a tener futuro.
Nadie nos va a regalar nada, seremos lo que seamos capaces de hacer por nosotras mismas.
Aquella fiebre que parecía que no la abandonaba nada tenía que ver con la gripe sino con la pasión que sentía por aquel hombre. Su suerte estaba echada y la mía también.
—Soy un demócrata que cree en la gente, en su iniciativa y en su capacidad para salir adelante sin tutelas políticas ni religiosas.
Amelia era sólo una chica tonta que se había dejado engatusar por su muy atractivo hijo, que la dejaría plantada en cuanto se cansara de ella. Así terminaban esas historias de amores prohibidos; bien lo sabía ella, que se había leído a todos los clásicos rusos. Tolstoi, Dostoiesvski, Gogol, eran su mejor referente.
No sólo tenía una belleza delicada y ademanes elegantes, sino que además era una ingenua total, arcilla pura en sus manos, incapaz de ver más allá de sus propias emociones.
Aproveche la vida y no renuncie a este amor tan grande, se lo digo yo que tengo experiencia.
tenía la sensación de haberse convertido en un objeto en manos del destino, ante el que se doblegaba.
La diva tenía previsto permanecer un mes en Buenos Aires, ya que debía actuar en el teatro Colón interpretando Carmen
Llegué a Roma aquella misma noche y me instalé en el hotel d’Inghilterra, en el corazón de la ciudad, a pocos pasos de la piazza de Spagna
Como se dice siempre en estos casos, ojos que no ven, corazón que no siente.
Lo primero que hice fue llamar a mi madre, convencido de que si no daba señales de vida era muy capaz de llamar a la Interpol para denunciar la pérdida de su querido hijo, o sea, yo.
«Se instalaron en el Castelar, que está situado en la avenida de Mayo. Iremos a visitarlo, porque allí se alojó también Federico García Lorca entre octubre de 1933 y marzo de 1934.
No había artista que se preciara que no actuara en el teatro Colón.
En el Colón han actuado auténticas leyendas como Caruso, Toscanini, Menuhin, María Callas y, por supuesto, Carla Alessandrini. Tenga usted en cuenta que muchos de los grandes de la ópera aseguran que después de la Scala de Milán, el Colón es el teatro con mejor acústica del mundo.
Amelia encontró a Carla nerviosa; siempre lo estaba antes de un estreno, pues no se dejaba engañar por los halagos. —Todos son muy amables pero si llego a soltar un gallo, me crucificarían y me darían la espalda con la misma naturalidad con que hoy se inclinan ante mí.
Intento que mi galería sea un referente de la nueva pintura, un lugar donde los jóvenes encuentren la oportunidad de exponer.
De regreso al hotel, Pierre se mostró cariñoso y solícito con Amelia. Cualquiera que se hubiera fijado en ellos podría haber pensado que aquel hombre estaba perdidamente enamorado de la frágil joven que caminaba a su lado.
La diva había cumplido con sus compromisos artísticos en Buenos Aires y debía regresar a Europa, donde en septiembre inauguraba la temporada en la Scala de Milán, con Aida,
Pero no puedo lamentarme por lo que hice en el pasado porque no tengo poder para cambiarlo, pero sí para ser dueña de mi futuro.
—Amelia, a veces nos vemos obligados a hacer cosas que no nos gustan y, sin embargo, somos incapaces de escapar, no podemos hacerlo por más que lo deseemos. La vida de todos los hombres está llena de claroscuros…
—Soy un soldado, Amelia, no un político. Aunque yo quiero hablarte de otra cosa, sé que no debo, pero voy a hacerlo. —Por favor, preferiría que… —Sí, lo correcto es no decirte esto, pero tengo que hacerlo. Me he enamorado de ti y te aseguro que he hecho lo imposible para que no sucediera. No quería marcharme sin decírtelo. —Yo creo que a mí me ha pasado lo mismo. Pero no estoy segura… Siento una gran confusión…
—Creo que los dos nos hemos enamorado, y hemos hecho lo peor que podíamos hacer, puesto que no tenemos ningún futuro juntos.
Han sido unos días muy especiales estos que hemos compartido, pero siempre he sabido que tenías que marcharte y que yo no tengo ningún papel en tu futuro.
Asentí poniendo en marcha el minidisc.
mientras colocaba sobre la mesa dos vasos de burdeos para acompañar un plato de queso.
No es que ella esperara que él permaneciera fiel a su recuerdo y hubiese roto su compromiso con Ludovica, pero una cosa era saberlo y otra muy distinta verlo con sus propios ojos.
el 1 de septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia. Albert telefoneó a Max para intentar concertar una nueva cita, en esta ocasión a solas, sin Ludovica. —Hoy me resulta imposible quedar con usted, hágase cargo —se disculpó Max. —Lo entiendo, pero ¿y en los próximos días? —Desde luego, desde luego; en principio voy a quedarme en Berlín, ya encontraré un momento para verle. Dos días más tarde, el 3 de septiembre, Gran Bretaña, Francia, Australia y Nueva Zelanda declararon la guerra a Alemania. Así empezó la Segunda Guerra Mundial.
—Seguro que merece la pena que lo intentéis. Deseo lo mejor para ti.
Max la estaba abrazando con fuerza y ella se abandonó.
a Grazyna se tropezó en la recepción del hotel con la última persona

