El Aleph

by Jorge Luis Borges

Cecilia Ingenieros

Benjamín Otálora,

murió en su ley, de un balazo, en los confines de Rio Grande do Sul.

frente mezquina, de sinceros ojos claros, de reciedumbre vasca;

El caudillo de la parroquia

Azevedo Bandeira,

Otálora no sabe de qué lado está la razón,

un peón le tira a un hombre de galera oscura y de poncho.

Éste, después, resulta ser Azevedo Bandeira.

como el negro bigote cerdoso.

Lo inquieta algún remordimiento,

vastos amaneceres

cuarteador;

las canas, la fatiga, la flojedad, las grietas de los años.

Ulpiano Suárez

diestro en el arte de la intimidación progresiva, en la satánica maniobra de humillar al interlocutor gradualmente,

un alcohol pendenciero.

aras,

hunos

vitup...

cimitarra

palimpsestos

duod...

Civita...

al cabo de los siglos, todas las cosas recuperarán su...

confutarla.

Aquilea,

la historia es un círculo y que nada es que no haya sido y que no será.

Juan de Panonia, que se había distinguido por un tratado sobre el séptimo atributo de Dios, iba a impugnar tan abominable herejía.

Procusto,

triacas

Plutarco

los heréticos de la Rueda.

Aureliano, parejamente, quería superar a Juan de Panonia para curarse del rencor que éste le infundía, no para hacerle mal.

los nego y los autem y los nequaquam,

silogismos bicornutos.

fábulas gentílicas

Academica priora de Cicerón,

Plutarco

glosaba

nueve cielos concéntricos

Euforbo,

heresiarca,

pira,

Migne.

Harnack),

Juan Damasceno

Croce,

Droctulft;

Ravena