–Solo los tiranos estúpidos se vanaglorian y se creen invencibles e invulnerables –dijo a los otros miembros del comité–. Se cuenta que Jerjes escuchaba primero al más humilde de sus esclavos, y solo después a sus ministros, porque los ministros le eran leales por los favores recibidos, mientras que el esclavo no tenía nada que perder diciendo la verdad.

