–Debo servir a mi país –contestó Marco. Hizo una pausa–. Todos los hombres son trágicos y el mal es algo universal. Eso lo han dicho los griegos y yo lo repito. Pero en toda tragedia hay nobleza. El hombre está misteriosamente maldito, pero se levanta en medio de su tragedia y de esta maldición porque tiene el valor de oponerse al mal. La tentación más terrible es la de abandonar la lucha. Eso no nos lo perdonaría Dios nunca.

