Kattia

92%
Flag icon
tu Dios, sostengo tu mano derecha”». –¿Por qué lloras? –le preguntó Terencia. –La Tierra se ha empobrecido –contestó Cicerón–. Ha perdido a un hombre bueno y eso es algo que no nos podemos permitir.
La columna de hierro
Rate this book
Clear rating
Open Preview