el pecado ataca la base del conocimiento, porque da una respuesta diferente a la pregunta, «¿Qué es verdad». Mientras que Dios había dicho que Adán y Eva morirían si comían del fruto del árbol (Gn 2:17), la serpiente dijo: «¡No es cierto, no van a morir!» (Gn 3:4). Eva decidió dudar de la veracidad de la palabra de Dios