Ahora veamos qué pasa cuando diriges la atención intencionadamente hacia otros aspectos en el aro. Detente unos segundos, deja tu mente en blanco y pregúntate lo siguiente: · ¿Qué ha dicho o hecho mi hijo últimamente que fuera adorable? · A pesar de que a veces es espantosamente difícil, ¿de verdad me gusta ser padre o madre y lo valoro? ¿Cómo me sentiría si no hubiera conseguido ser padre o madre? · ¿Cuál es la camiseta preferida de mi hijo en estos momentos? ¿Recuerdo su primer par de zapatos? · ¿Puedo imaginar cómo será mi hijo a los dieciocho años, con las maletas hechas y listo para
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