Aunque resulta difícil diseñar un experimento controlado sobre un tema como éste, parecería ser que uno de los rasgos distintivos de la potencia económica estadounidense reside en el predominio de la educación humanística y de la educación científica general, basada en la investigación, más que en la ciencia aplicada. Esas cuestiones merecen una exploración más profunda, pero una vez que hayan sido investigadas en su totalidad, respaldarán de manera más firme mis recomendaciones.

