Además, sus elogios para esas naciones cargan con cierto tono ominoso, pues declara que “ellos pasan menos tiempo enseñando cosas que no importan y más tiempo enseñando cosas que sí importan. No preparan a sus alumnos sólo para la universidad o para la escuela secundaria. Los preparan para una carrera laboral. Nosotros no”. En otras palabras, se supone entonces que “las cosas que sí importan” son aquellas que nos preparan “para una carrera laboral”. Entre los objetivos a los que vale la pena dedicarle tiempo nunca se menciona una vida plena de significado ni un ejercicio atento y respetuoso de
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