Parece que hoy estamos obligados a escribir con el tempo rápido, el presto: muchas ideas en pocas frases. La mayoría sigue empleando el estilo largo porque desea impresionar a sus lectores o porque no sabe resumir. Es el estilo académico, formal, del siglo XIX. Pero se corre el riesgo de aburrir. La brillantez consiste en definir una gran idea en pocas palabras. El truco para dominar bien este arte radica en aprender a usar el presto. ¿Qué pasaría si escribiéramos un texto muy extenso con ese estilo rápido? Que mantendríamos la atención del lector hasta el último momento, tal como hacen los
...more