M A U R O

20%
Flag icon
Los herrerillos piaban con tanta fuerza que se oían desde la casa. Cantaban, alborotados, porque la oscuridad se los había tragado, como se traga todas las cosas, y después los había escupido, como está obligada a escupir todas las cosas, que se levantan entumecidas y mojadas.
Te di ojos y miraste las tinieblas
Rate this book
Clear rating
Open Preview