Kindle Notes & Highlights
Sentía el mar en los ojos de la gente y en la tranquilidad con la que caminaban.
Había personas que odiaban
ir a calas sin duchas, querían aclararse con agua dulce para dejar caer todo el Mediterráneo y sentirse frescos, pero yo prefería llevarlo puesto. Esa capa salada que encogía la piel también era casa.
La vida predispuesta. El futuro escrito. Todo lo que se suponía que debías hacer seguía su curso, porque si cambiabas algunas piezas transformabas el futuro. Y qué miedo ser alguien que nadie esperaba que fueses. Qué miedo ser alguien que tú misma tampoco sabías que eras. Rebelarte al destino. Jolín, qué miedo.

