Robert Escobar Campero

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Ahí fue cuando empecé a darme cuenta que mi padre estaba a la vez muerto y vivo, como el gato de Schrodinger. En esa paradoja, el gato del experimento estaba a la vez en dos estados, vivo y muerto, y solo se deshacía la duda observando al animal. Cuando lo observábamos entonces descubríamos si realmente estaba muerto o estaba vivo, pero mientras no lo hiciéramos, el gato existía en el universo de ambas maneras. Esto que servía para explicar el comportamiento de las partículas subatómicas, podía explicarse a la situación de mi padre en mi macrocosmos particular.
El Día de la Recuperación. Los hombres que comían naranjas
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